Disclaimer
No es mi área de conocimiento ni mi estilo de escritura pero me aventuraré con este texto freestyle. Cobijado, espero, por mi trabajo de campo y mis reflexiones personales. Los expertos en la materia perdonen la intromisión.
No citaré ni a Barthes, ni a Benjamin, ni a Bourdieu, ni a Wells, ni a Sontag, ni a Freeman, ni a Berger, más que nada para no comprometerlos. Pero los he leído a todos y espero algo se me haya pegado
Alguien me dijo con respecto a una imagen: “me tomó una foto”, y yo pensé, quizá valga la pena elaborar, a nivel teórico, la distinción entre eso y “me fotografió”. Apunto algunas cosas que pienso describen cada acción para después articularlas en una reflexión más cercana a mi trabajo.
Fotografiar
Quien fotografía no sólo establece una relación técnica con la “realidad” a través de un dispositivo de visión, opta por ello con consciencia y reflexividad. Al hacerlo, se mira a sí mismo. Lo que está en juego no es sólo la re-presentación de lo que se fotografía sino la percepción personal sobre ello. La re-interpretación de lo que se ve mediante lo que se percibe. Las decisiones de encuadre, luz, momento (¿decisivo?) y el objeto a fotografiar son todas decisiones que conectan el ojo con lo que se fotografía a través de la cámara. Esta conexión pasa por la cabeza, por el corazón, y, en muchas ocasiones, por las vísceras).
Fotografiar es convertir el acto de hacer “click” en un pronunciamiento sobre la vida. Fotografiar es buscar una intención, es plasmar, en ese pequeño cuadro resultante, no sólo un momento que dura fracciones de segundo, sino un deseo de abandonarse, de entregarse a él. Mediante una ecuación de reciprocidad, esa entrega también busca poseer, perpetuar, eternizar. Para fotografiar no hace falta una cámara, basta la intención de dicha posesión, basta con el ojo, incluso con la imaginación. Muchos de los fotógrafos con los que he hablado lo dicen: “me gustaría tener una cámara integrada al ojo para poder fotografiar las cosas que veo y que me interesan”. Quien fotografía está por encima de la técnica, la domina sólo para obtener resultados más cercanos a lo que imagina. Lo que desarrolla es una forma de mirar el mundo, de entenderlo de manera visual, de encuadrarlo, de organizarlo, de darle una continuidad espiritual basada en la visión. Quien fotografía, genera una nueva ontología para los objetos de sus imágenes. Se basa, no en uno, sino en todos los sentidos, en su intuición y en su necesidad de trascender el momento y reformularlo a través de una práctica. Cuando esa mirada, esa interpretación y esa complicidad, es clara, se solidifica en la imagen resultante junto con el objeto fotografiado. Como el perfume que flota en el aire después de que haya pasado quien lo portaba, dejando una prueba inequívoca de su presencia. Cuando se fotografía, en la imagen casi puede sentirse la respiración de quien hizo click, los pensamientos que cruzaron por su cabeza, su cuerpo transmutado en la cámara, sus deseos, su relación, real o imaginada, con el objeto. Continue reading “Fotografiar no es lo mismo que tomar una foto” →