La ceguera del sujeto fotografiado

Hoy, leyendo un meta-análisis sobre la teoría fotográfica escrita en el primer lustro de esta década, la autora del texto, refiriéndose al libro The Ongoing Moment de Geoff Dyer, propone que muchos fotógrafos han fotografiado a personas ciegas en un intento por “invisibilizar” (nunca mejor dicho) la mirada del sujeto ante la cámara (recuerdo la famosa foto de Strand y la de Arbus de Borges). La autora mencionaba que, aunque en el caso de las personas ciegas es muy claro, muchos fotógrafos han desarrollado proyectos que buscaban precísamente invalidar la mirada del sujeto fotografiado. Mencionando por ejemplo aquel famoso trabajo de Walker Evans en el metro de Nueva York en el que Evans llevaba la cámara en una chaqueta y disparaba remotamente. Evans, sobre estas fotos,  decía que le gustaban porque: “la guardia está baja y la máscara está fuera, más incluso que cuando las personas están solas en la habitación (donde hay un espejo). En el metro, las caras de las personas están en un desnudo reposo”

Por otro lado, hace poco leí una entrevista, en The Guardian, a Nan Goldin quien decía:

I don’t carry my camera so much these days: I don’t have the same relationship with it. I’ve never considered photography one of the higher art forms. Everyone takes photos; now even phones can. The whole issue of digital is so depressing to me; my process is gone. There were all kinds of unknown things that could come out in a photograph, things you didn’t know were there until you saw it; now it’s all so flat. But then I never really saw myself as a photographer.

Pensaba en estas dos cuestiones conectándolas. Ya he hablado en alguna ocasión sobre la fotografía “cándida” o “robada” (eufemismos que suelen usar los fotógrafos para este tipo de imágenes). Con el arribo de los teléfonos móviles, este tipo de proyectos es cada vez más común (¿y corriente?), yo mismo disfruto haciendo estas fotografías (ejemplo 1, ejemplo 2, ejemplo 3). La pregunta es si el fundamento para la elaboración de este tipo de imágenes ha cambiado al extenderse y “democratizarse”. De hecho Smith habla de cómo la fotografía digital ha desactivado precísamente el poder de las imágenes de Evans como registro de la “memoria de un tiempo psicológico”. Habrá que pensar en ello.