Breve nota sobre la “Iphoneografía”

Junto con Eric Meyer escribimos un texto que está siendo evaluando para su publicación. En dicho texto, hablamos del iPhone con relación a la trayectoria histórica de la producción fotográfica. Creo que lo retomaré en otra aproximación más “Bourdieuana” de cómo las prácticas fotográficas que utilizan al iPhone están conformando un nuevo subcampo fotográfico, el llamado “Iphoneografía”. Aquí una entrevista para el programa “Inquietos” a uno de sus principales promotores: Sion Fullana (que no sabía que era español). Y como es sólo una nota, pues pongo una foto para ilustrar el post.

After the rain

 

Notas para la construcción de una sociología de la fotografía digital

Todo comenzó cuando leí esta nota en El Periódico. Decidí visitar la puesta en escena en la galería àngels y hasta comprar lo que podría denominarse el catálogo de la exposición. Me encontraba  justamente escribiendo el capítulo metodológico de mi tesis (en el que discuto las implicaciones éticas del uso de imágenes) así que no pude más que preguntarme ciertas cosas. Ya se han adelantado algunas reflexiones expuestas en el blog de Elisenda Ardèvol. Curiosamente, alguien “meneó” la noticia y se montó un improvisado debate. Las reflexiones que expongo a continuación son una segunda parte de ese diálogo (imaginario) con el Sr. Fontcuberta pero, sobre todo, el mío con mi objeto de estudio que son las prácticas de fotografía digital.

Sobre la fotografía digital.

A estas alturas resulta reiterativo señalar que las prácticas que utilizan la fotografía digital, además de cumplir con las mismas funciones de la fotografía analógica (argentaria le llamaría Fontcuberta), abren toda una nueva serie de posibilidades en donde los objetos, tiempos, formas y usos de la fotografía han cambiado (cfr. Okabe & Ito, 2003; Manovich, 2003). Incluso, propone el mismo Fontcuberta (2010), cabría preguntarse si seguirla llamando fotografía no es contraproducente. Continue reading “Notas para la construcción de una sociología de la fotografía digital”

About photography materiality and online/offline liminality

I just came back from the EASA conference in Maynooth, Ireland. Along with Elisenda Ardèvol, we presented our theoretical framework (practice theory) and my research on digital photography practices at the workshop: “The Rewards of Media“, organized by John Postill and Philipp Budka. So far, so good. Interestingly, the best came once the conference was over (not only for the wonderful night with friends at the Market Place, the surprises and then the great pub discussion about the relationship between Catholicism and cultural common features, Thanks Paco!), but because I was able to see and talk with some photographers at the “Peoples Photography Ireland“, a public exhibition of camera club photographers.

Although in my work I haven’t been able to work directly with institutionalized amateur photographers (since actually, what I propose in my dissertation is that flickr is becoming one mayor bridge between photography institutions and a wide range or photographers, from snapshotters to amateurs and professionals), it was very interesting for me to see them in action. I was expecting to find some “Dublin flickr group” exhibiting but it seems that only “old fashion” clubs were participating. Of all the thoughts that came to my mind, there’s one I want to make here.
We have been discussing for ages the problematic relationship between the concepts of online and offline in the Internet Studies. But what was very interesting for me watching the exhibition, was to see how digital (sometimes online) practices had intermingled, in a playful way, with the material and physical exhibition, materiality that, by the way, permeated some of the characteristics of online photo platforms (galleries in flickr, face”book”, etc.).  I’ll show some examples of it with few comments. Continue reading “About photography materiality and online/offline liminality”

El tesista “en la Tele”

Cuando era niño, tuve mis 3 o 4 segundos de fama cuando, quizá por un error de producción, el yo que era en ese entonces apareció en un  tremendo close-up en el programa de Bozo, eran los setenta, era la televisión. Muchos años han pasado desde entonces y las canas me colonizan cada vez más. Vivimos tiempos 2.0,  y subiendo, y ahora esto de salir en televisión ya no es tan “cool” como aparecer en los rankings de Youtube.

Pues bien, gracias a la inefable confianza, y “extreme marketing”, del buen compa Fernando, conocí a Cristina, quien encarna (la palabra en español es horrible en realidad) como nadie que haya conocido, lo que es una productora de cultura del Siglo XXI (así en sentido extenso). Gracias a esa carambola dospuntocerezca amistosa, acabé teniendo mis 6:02 segundos de fama (contando la cortinilla). Si atentemos a Warhol, todavía me quedan otros 8:58 que espero tener la oportunidad de tener algún día. Por lo pronto, gracias a Cristina, al equipo de la Malla y a Fernando por darme la oportunidad de “salir en la televisión” 😉

Edgar en la Malla

P.D. WordPress no me deja incrustrar el video y eso quizá signifique que ya tendría que comprarme mi propio dominio. En cualquier caso, es más divertido que lo vean “in situ”.

Digital Photography and Picture Sharing: Redefining the Public/Private Divide

The text that Amparo Lasén and I started to work for Copenhagen´s AoIR last year is finally published. Thanks Amparo and thanks Larissa.

Here´s the Abstract

Digital photography is contributing to the renegotiation of the public and private divide and to the transformation of privacy and intimacy, especially with the convergence of digital cameras, mobile phones, and web sites. This convergence contributes to the redefinition of public and private and to the transformation of their boundaries, which have always been subject to historical and geographical change. Taking pictures or filming videos of strangers in public places and showing them in webs like Flickr or YouTube, or making self-portraits available to strangers in instant messenger, social network sites, or photo blogs are becoming a current practice for a growing number of Internet users. Both are examples of the intertwining of online and offline practices, experiences, and meanings that challenge the traditional concepts of the public and the private. Uses of digital images play a role in the way people perform being a stranger and in the way they relate to strangers, online and offline. The mere claims about the privatization of the public space or the public disclosure of intimacy do not account for all these practices, situations, and attitudes, as they are not a simple translation of behaviors and codes from one realm to the other.

De internet, sirenas, morfinas, virus y radiografías

He tenido al blog un poco olvidado, no sólo porque llevo un par de semanas fuera (a estas alturas hablar del congreso de la AoIR sería poco periodístico y de todas maneras ya todos mis compañeros dijeron algo más interesante que lo que pueda decir yo) sino porque a mi computadora de la oficina le entró un virus tremendo y porque he tenido inmovilizado el brazo. En cualquier caso lo curioso es que mientras algunas personas debatían en Dinamarca sobre si el online y el offline, yo no podía hacer nada online porque mi brazo estaba completemente off the line (chiste malo causado por el abuso en el consumo de ibuprofeno). Rebobino, el primer día de mi visita a Copenhague para el congreso, me resbalé intentando ver el monumento más famoso (y menos bonito hay que decirlo) de toda Dinamarca: la sirenita. Me resbalé con una piedra mojada y caí estrepitosamente mientras los turistas seguían tomando fotos sin querer enturbiar sus vacaciones con la desagradable visión de un mexicano retorciéndose del dolor a sólo unos pasos de la escultura estrella de la visita por la ciudad. Afortunadamente Elisenda (y un taxi) estaban lo suficientemente cerca como para que 20 minutos después pudiera llegar con mi dolor a un hospital que recuerdo como extraordinariamente amable. No haré halago de falsa valentía, el dolor era más fuerte que yo y sólo con ayuda de unos caballitos de morfina pudo calmarse lo suficiente como para que me tomaran unas radiografías y me recolocaran el hombro. En fin, que no disfruté la conferencia (excepto en ciertos momentos, no sé si de lucidez o de estados alterados de conciencia). Una de mis presentaciones dejó mucho que desear (aunque la otra creo que fue más que decente). Historia que sirve para dos fines; para “justificar” ante mis cientos de lectores (¿no hay un emotícono para ironías?) el tiempo transcurrido y para dar pie a mi primer post con una luxación (el lunes comienzo rehabilitación pero ya por lo menos puedo poner la mano sobre el teclado y escribir un poco).

Hoy fui al médico (uno más, éste, según dicen, especialista, traumatólogo). Los médicos cada vez se parecen más a los cajeros de los supermercados, la misma mirada ausente, el mismo tonito de “¿encontró todo lo que buscaba?”. Es curioso cómo esto de aprender a ser investigador hace que se sensibilice la mirada. Por ejemplo, me di cuenta que sólo me miró una vez a mí mientras que no despegó los ojos de la pantalla del ordenador (y vio 3 veces la de su flamante Iphone 3G que tenía sobre la mesa). Ahora viene la reflexión de fondo: el doctor miró muy por encima mi radiografía, concentrándose en ella y no en mi hombro. La radiografía pasó a ser, no ya la representación de mi sino la síntesis de la relación que tuvo conmigo en esos minutos que duró la consulta. Yo me convertí en la imagen de un hombro y en ello se concentró toda mi humanidad. La radiografía no habla del dolor que siento, de lo incómodo de no poder mover el brazo, de cómo me deja el estómago la medicina, en un estricto sentido me deshumaniza y me muestra sólo como un conjunto de datos para dar un diagnóstico. Cuando la sociología visual se encuentra con el Dr. House o algo por el estilo. En fin, estoy muy cansado y un poco mareado así que mi comentario sobre el libro que estoy (intentando) leyendo quedará para después, eso sí, les dejo mi luxación como homenaje al uso de la imagen más allá de la fotografía. El hombro del tesista:

“¿Vienes con libreta o con cámara?”

Todavía estoy aturdido y emocionado. Ayer fue mi “entrada offline” al campo (dejar el ordenador y ponerme las botas, literalmente, era algo que me apetecía mucho). Salí en una maravillosa excursión por unos pueblos de Catalunya (Banyoles, Castellfollit de la roca y Besalú) con el grupo de flickr con el que quiero trabajar. Dado que ya había presentado mis credenciales como investigador, esta primera reunión era muy interesante porque le pondría cara a las personas detrás de las fotos (y ellos a mi, lo cual no deja de ser también una responsabilidad). Tomé algunas fotos (pocas) y algunas notas (menos de las que hubiera querido) y se dieron cosas interesantes, los miembros del grupo bromeaban todo el tiempo cuando sacaba mi pequeña libreta “uy, ya está apuntando algo” (y por supuesto más de uno me fotografió en el acto. Será un trabajo de campo divertido y con retos metodológicos interesantes (empezando por el hecho de que todos me parecieron personas majísimas y con algunos de ellos sentí una conexión inmediata, al punto de que ya los siento colegas y esto debo reflexionarlo a la luz de mi trabajo). En cualquier caso, el día pasó de manera agradable e interesante (excepto porque en el rio me caí sobre una ortiga y todavía me duele la mano, supongo que los antropólogos estarían orgullosos de mi). En algún momento, me acerqué caminando a D, con quien ya había cruzado un par de correos, me miró y con una sonrisa irónica de complicidad me dijo: “vienes con cámara o con libreta” en franca alusión a si venía como parte del grupo o como investigador. Si bien es cierto que no dejaré nunca de ser “el de la libreta”, creo que parte importante de mi etnografía será tornarme en “el de la cámara” y ayer empecé.

El “fotógrafo” de la playa

Lo pensé mucho, por un lado estoy haciendo una tesis al respecto y por supuesto que como dato, lo que vi me resultó por demás interesante. Pero por otro lado, es difícil mantener cierta distancia cuando se ven estas cosas. La historia es que el finde pasé por la Barceloneta y atrás de mi estaban dos chicas muy atractivas haciendo topless (cosa por otro lado de lo más normal). Después de darme un chapuzón de buena fe (porque seamos sinceros, el agua se ve limpia pero aguas vemos, contaminaciones no sabemos), me di cuenta que un señor se había puesto atrás de mi, cerca de las chicas pero a sus espaldas y les estaba tomando fotos con su móvil. Aunque lo hacía con cierta discreción (ponía el teléfono cerca de su mochila de manera que no era evidente lo que hacía), desde mi perspectiva podía observarlo perfectamente. Total que decidí ponerlo en evidencia y fui yo el que le tomé una foto a él. Abiertamente, me acerqué, se la tomé, me vio cuando lo hacía y regresé a mi lugar. Minutos después, el señor este se iba y las chicas no se enteraban de nada. Seguramente el tipo tiene su colección, ya sea personal o en la red y, nuevamente los debates sobre la imagen y la privacidad se detonan. De cualquier forma, me pareció que lo menos que podía hacer era “exponerlo” y subirlo aquí.

Sobre unos niños, la foto y una pantalla

Estuve unos días en Angahuan, México, haciendo el “scouting” para el documental de una amiga catalana junto con el compa Enrique. En una mañana fotogáfica, encontramos a unos niños que divertidos nos hacían muecas. Nos acercamos a tomarles fotografías (aquí una de ellas):

Purépechas II

Después de una o dos fotos, les llamó la atención que viéramos la cámara. Lo notamos y nos acercamos a enseñarles la pantalla. Su sorpresa y encanto fue tal que a partir de ahí, y por unos 20 minutos, su juego consistió en posar y ver el resultado en la pequeña pantallita de nuestras cámaras. Haciendo cosas y caras cada vez más audaces y estrambóticas. Observarlos fue un ejercicio por demás interesante por varias razones pero principalmente por la relación entre “actuación” y visibilización (¿material?) de dicho performance. Otra vez, esto no es nada nuevo, muchos fotógrafos cargaban con una polaroid en sus viajes para darle una foto a la persona que fotografiaban, un poco por respeto, un poco como reconocimiento. Sin embargo, el observarlos viéndose y probando cosas nuevas, casi en “tiempo real”, me dio muchos elementos para pensar la relación entre rapidez (temporalidad), materialidad (pantalla) y performatividad (elementos que darían en conjunto una práctica, la de fotografiarse-verse-posar-ajustarse-fotografiarse. Práctica sobre la que hemos escrito bastante pero que, al menos yo, nunca había observado tan claramente como con esos chavitos que quizá nunca habían visto una cámara digital. Me encanta mi trabajo de campo:

Imagen, vigilancia, control y exhibicionismo: Del panóptico a las redes sociales.

(extracto de una ponencia que presentaré en septiembre en el Congreso Español de Antropología).

Dentro de las múltiples problemáticas que presenta una investigación de este tipo  ( sobre las prácticas de fotografía digital) me gustaría centrarme en este artículo en la discusión sobre la relación entre la imagen, su uso como forma de vigilancia, y por ende de control, y sus posibles implicaciones en la investigación etnográfica. En últimas fechas dicha relación está retornando con fuerza a la agenda de investigación debido a la emergencia de las tecnologías digitales de la imagen: webcams, teléfonos móviles con cámara, cámaras de fotografía y video digitales, así como las plataformas llamadas redes sociales (Flickr, Facebook, Youtube, etc.). Así como la compleja relación que se establece al ponerse en marcha estas redes sociotécnicas. El debate retoma las ideas sobre una sociedad de vigilancia (Foucault, 2004) o una sociedad del control (Deleuze, 1972). Por un lado se propone que la ubicuidad de la imagen, especialmente desde la masificación y “domesticación” de la imagen digital en el ámbito familiar y personal, sumado a la potencial difusión que tienen las imágenes en las redes sociales, ha llevado a que las pesadillas del Big Brother y el Panóptico, se mezclen con la “sociedad del espectáculo” (Debord, 1983). De esta forma, el control (o disciplinamiento) ha pasado; de interiorizar la vigilancia y “modular” el comportamiento con relación a la misma, a hacer de la exposición y exhibición pública una nueva forma de control de la subjetividad. Un segundo debate que resulta pertinente y en conexión con el anterior es la crisis que parece haber entre lo que tradicionalmente se ha considerado público y/o privado. Esta dicotomía se ve retada igualmente en algunos de los fenómenos más recientes que involucran prácticas con las tecnologías mencionadas. Diversos autores analizan este escenario desde perspectivas muy diversas. Sin ánimo de establecer un meta-análisis ya que no es el interés de este texto, se establece un panorama general, a manera de prolegómeno, sobre dicha discusión. Continue reading “Imagen, vigilancia, control y exhibicionismo: Del panóptico a las redes sociales.”