¿Un nuevo régimen de Cultura Visual?

No he tenido oportunidad de explorar esto a fondo ni de consultar la bibliografía adecuada como para reflexionar sobre un “nuevo régimen de visualidad” dentro de los procesos sociales, culturales y psicológicos. Lo que sí puedo pensar (ya con un poco de base en mi trabajo de campo) es que la posibilidad y facilidad de producción de imágenes tiene tanta penetración en las sociedades occidentales que cada vez parece más difícil “ser y estar” sin generar un registro visual de ello. Hace poco en un concierto masivo lo comentaba con una amiga muy querida que estaba impresionada porque ya nadie miraba al escenario con sus ojos sino a través de una pantallita. Ayer me encontré con esta foto y, si lo que dicen los sociólogos visuales es verdad y esta imagen nos sirve como dato, algo está definitivamente sucediendo.

¡No pienses, dispara! Notas sobre lomografía

Gracias a mis amigos fotógrafos, este pasado cumpleaños recibí un regalo muy especial: Mi primera LOMO. La primera cosa interesante es que el regalo surge como la materialización de un comentario que hice en algún momento y es que, en el grupo en el que estoy participando, sólo las mujeres (ya no) tienen cámaras LOMO. Interesado por el “aura” que tiene una de las pocas cámaras de carrete que todavía se venden (y que además parecen gozar de buena salud), estuve investigando un poco (y la verdad es que una tesis sólo sobre la “lomografía” global sería por demás interesante). La historia completa está en el enlace de Wikipedia. Lo que quisiera resaltar como argumento es cómo, a través del tamiz del “mundo artístico”, una cámara de bajo presupuesto proveniente del viejo imperio ruso, logra sobrevivir convirtiéndose en un objeto de culto. Es decir, se resignifica (y revaloriza) y pasa, de ser una cámara para la diversión de las familias soviéticas, a ser una cámara para personas que tienen una visión “alternativa” de la fotografía (iba a decir iniciados pero tampoco quiero llevarlo más lejos). Lo curioso es que las investigaciones académicas más interesantes sobre la Lomografía provienen de los estudios de diseño que buscan: “integrar en el diseño, las prácticas emergentes de usuarios avanzados” y claro, los usuarios de Lomo tienen unas características propicias para ser un “grupo de control”. No sólo basan su práctica en una tecnología “imperfecta pero fuera de lo común” sino que se conforman como “comunidad” y adquieren una filosofía propia (no pienses, sólo dispara) que, en principio rompe con la idea “tradicional” de la fotografía (hay personas con mayor autoridad que analizan esto a fondo). Ahora bien, lo que parece abrirse es una de esas clásicas controversias “científicas” (¿artísticas?). Por un lado los lomo-usuarios pretenden una visión de la fotografía cotidiana, fugaz y “aleatoria” (para utilizar el término del post de Xataca). Mientras que los “fotógrafos aficionados”, en el sentido del trabajo de Bourdieu, buscan establecer límites y “reglas” a su práctica para “institucionalizarla” como arte. Lo que resulta curioso es cómo, la “filosofía Lomo” es en muchos casos, la filosofía no explicitada de la fotografía digital (me atrevería a decir que la que se hace con los teléfonos móviles, la que hacen muchos jóvenes, etc.). Un asunto para explorar con más detalle y quizá para escribir algo más serio.