Últimamente he estado experimentando con formas emergentes de reflexión sobre el mundo (reflexión académica pero no sólo restringida a ello) que tienen que ver con lo visual, lo digital y lo cotidiano. En ese sentido cada vez me atrae más, y me resulta más inspiradora, la aproximación artística (en el sentido más extenso del término pero, al mismo tiempo, en el que encuentro más sugerente, el de la exploración creativa de la cotidianeidad). Se lo debo, en gran medida, a una reciente presencia artística en mi vida (que llegó para quedarse). Este verano de transición, además del trabajo académico tradicional he estado jugando con algunas ideas. Aquí está la primera de ellas que intenta reflexionar sobre la movilidad, la agencia, la temporalidad y la materialidad del trabajo académico.
El trabajo se titula Not Ready for Travel y es una fotografía de todos (o casi todos) los boletos de tren que he utilizado en estos tres años de trabajo en el Reino Unido. Cada uno de estos boletos representa, a la vez, un emplazamiento —el asiento, el vagón, la ciudad de donde parte el tren — y un desplazamiento —de una ciudad a otra —. También sintetizan relaciones —con las universidades, con los colegas, con la administración universitaria, con la agenda de trabajo, con el sistema ferroviario, etc. — y temporalidades —la cantidad de tiempo en el tren, las esperas, y el tiempo que tardé en reunir todos estos boletos —. En conjunto, en una sola imagen, se puede observar cómo, en mi caso, hay una estrecha relación entre movilidad y trabajo académico. En estos tiempos de big data y visualizaciones apelo a las posibilidades del hacer artesanal y lo creativo para constituirse como conocimiento válido, o al menos como una posible intervención, en el sentido artístico y político, en formas de pensar el mundo.
La “obra” está pensada para imprimirse en un formato grande (metro y medio de largo al menos). La imagen está tomada con una cámara digital de gran formato (50 megapixeles) en la que puedan observarse todos los detalles de los boletos, información impresa pero también marcas de los revisores, manchas, dobleces, etc. La materialidad de la movilidad, la movilidad de lo académico. Una temporalidad visualizada.
Me alegra saber que la presencia artística se queda para largo. Gran comienzo!